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La Catedral celebra la eucaristía en este Octavo Domingo del Tiempo Ordinario a las 11:00 y a las 12:30 en la Capilla del Santísimo
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
—«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.
No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano.
Cada árbol se conoce por su fruto; porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca». san Lucas 6, 39-45

Se necesita…
-Un ejercito pacífico y unido que crea en el valor de las pequeñas cosas.
-Gente que construya la historia y no se deje arrastrar por los acontecimientos.
-Más corazones desarmados, en un mundo lleno de guerras.
-Almas magnánimas en una sociedad interesada.
-Espíritus fuertes para un siglo de mediocridades.
-Mas trabajadores y menos personas que critiquen.
-Mas ciudadanos que digan: “voy a tratar de hacer algo” y menos que se contenten con : “es imposible”.
-Un numero mayor de audaces que se lancen al fondo del problema para resolverlo y un numero menor de fatalistas acomodados en la omisión.
-Más amigos que se arremanguen con nosotros y menos demoledores que apunten solo defectos.
-Más gente que almacene esperanza y menos frustrados que acarreen toneladas de desánimos.
-Mas personalidades que perseveren y menos colegas que comienzan y nunca acaban.
-Mas rostros sonrientes y menos frentes nubladas.
-Mas compañeros bien asentados en la realidad y menos soñadores pendientes de las ilusiones pasajeras.
-Un mundo de manos bienhechoras encendiendo una luz para iluminar el pesimismo de la multitud.
-un fósforo, en las manos… pequeño, pero tan importante, pequeño, insignificante, pero que ilumine, disipando la oscuridad. Reflejos de la Luz