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Estudio Tapices: Zenobia, Reina de Palmira

La Catedral de Segovia alberga una colección de cuatro series de tapices formada por treinta y dos paños flamencos tejidos en los talleres de Bruselas, capital mundial del bordado durante el siglo XVII-principios del XVIII y en los de Audenarde, Bélgica.

La capital belga es el origen de la serie de ocho tapices “La Historia de Pompeyo Magno”, situados en la torre de la Catedral, la impresionante serie sobre la historia de la reina Zenobia, compuesta por once tapices de diferentes tamaños y que actualmente se puede ver en la Sala Capitular, y la serie “Representación de los Planetas”, con siete tapices expuestos en la Antigua Librería y en proceso de restauración. En la Sala de Exposiciones de Santa Catalina, de sus muros cuelga la serie denominada “Verduras”, formada por seis tapices confeccionados en los talleres de Audenarde en el siglo XVII. Todos ellos fueron tejidos a lo largo del siglo XVII por los maestros Geeraert Peemans, Christian Van Bruston o I.V.Z, grandes tejedores de la época.

La mayoría de estos paños fueron encargos de aristócratas y nobles que tenían la capacidad adquisitiva para conseguir este preciado arte decorativo. Se sabe que gran parte de estos no tenían como destino las paredes del templo, de ahí su temática no religiosa.

La serie más completa conservada y de más relevancia son los once paños tejidos en Bruselas por Geeraert Peemans y que narran la vida de la reina Zenobia y el emperador Aureliano. En siete de estos tapices se puede ver la firma BB, que indica su procedencia del taller de Bruselas y cuyas obras también son visibles en los tapices de “Los Hechos de los Apóstoles”, en el Museo Arqueológico Nacional, o la serie de “Julio César”, en la Diputación de Madrid.

El encargo de esta serie fue realizado por el comerciante de Anvers, Franco Méndez de Castro, a Peemans el 23 de enero de 1676 siguiendo la serie de cartones “Historia de Zenobia y Aureliano”, realizados por el pintor flamenco Justus Van Egmont, pintor de cámara de Luis XIII y Luis XIV. Van Egmont, alumno de Rubens, dejó impreso en los cartones y, más tarde, lo haría Peemans en los tapices, su predilección por la pintura veneciana y por la aparatosidad de figuras con anatomía desbordante que tienden a la verticalidad.

En cuanto a los materiales, Peemans se comprometió a utilizar la “mas cara y fina seda y lana” y “los más altos, vivos y relucientes colores”. Las medidas de toda la serie alcanzaban las 630 varas, medida extendida en la Península Ibérica, que se traduce, con todos los tapices expuestos a la vez, en 43,53 m. de longitud.

El cómo llegaron estos tapices hasta el templo se encuentra en el testamento y fundaciones de D. Antonio Ayala y Berganza, canónigo de la Catedral, que deja como heredero de “todos sus bienes y alhajas” al Cabildo de Segovia, entre los que se encontrarían la serie de Zenobia.

La confección de los paños sobre la historia de la reina de Palmira era un tema que seducía a pintores y amantes del arte durante la época barroca. De esta forma, se popularizaron los temas mitológicos frente a los religiosos  y resaltaban los personajes femeninos, en concreto a Zenobia, llevada al imaginario colectivo a través de la obra escrita en 1636 por Calderón de la Barca bajo el título de “La Gran Cenobia”.

También, es protagonista de los tres primeros tapices de la serie el Rey Odonato, marido de Zenobia, que tras su muerte cedió el trono a su esposa, poco común en el mundo masculino de la época. Iniciada la batalla entre el ejército de Zenobia con el Imperio Romano, aparece en los tapices el emperador Aureliano, nacido en el 214 d.C, quien decidió conquistar Palmira tras extenderse el Imperio de la bella y culta reina Zenobia hasta el mismo Egipto. En la segunda parte cronológica de la serie se recrea el asedio a Palmira, a Zenobia hecha prisionera y la destrucción de la ciudad en el año 273 d.C, de la que no se volvió a saber más hasta el s. XVII, redescubierta por comerciantes ingleses.

La bordura es fundamental en esta serie, excepto para los tres tapices de sobrepuertas y antepuertas -no expuestos- que no contienen borduras laterales. En el resto, desde los extremos inferiores, se empieza dibujando dos jarrones en forma de fuente compuesta por tres delfines, que empiezan a crecer a través de una guirnalda de laurel, al principio sencilla, pero que luego se enriquece de frutas y a la que se añaden pájaros y pavos reales. La parte superior la encabezan dos puttis o amorcillos, niños alados, que sostienen una placa con el tema de la serie, escrito en latín, aunque estos ángeles solo se dibujan en cuatro tapices, los de más longitud. Las medidas de la bordura alcanzan los 54 cm de ancho para los laterales y superior, y los 24 cm para la bordura inferior.

Análisis de los 11 tapices

Matrimonio de Zenobia y Odonato

Situado en la pared lateral derecha, representa el matrimonio de Odonato con su segunda esposa, la reina Zenobia. El momento se traslada al tapiz, en una posición central, con la entrega de una corona de flores blancas a Zenobia y con el gesto de unión de manos entre la pareja. En la parte superior derecha, cuatro mujeres portan cuernos de la abundancia y, junto a Odonato, dos sirvientes llevan ramas de olivo. El matrimonio religioso se desarrolla en un templo, reflejado por un pórtico y por la figura del anciano, vestido de azul, que realiza una ofrenda en el quemador de cobre. El juego de luces y sombras y el color destacan a la Reina Zenobia en este tapiz de 4,57 m de largo.

Sala capitular: tapices
Sala capitular: tapices

Banquete nupcial de Zenobia y Onodato

Sobresale por el tamaño de su largo, 6,21 m, y se sitúa a continuación del tapiz del matrimonio de Zenobia. La escena queda congelada cuando Odonato levanta con su mano derecha una copa, mientras que con la izquierda coge la mano de Zenobia, que responde con gesto de rubor. El tapiz recrea un escenario natural al anochecer, reflejado en las antorchas encendidas, músicos con trompetas y un enlosado que actúa como punto de fuga hacia la izquierda del paño.

Zenobia dirige a su ejército

Situado en la Sala Capitular, a la derecha del Cristo sobre la silla episcopal, borda el momento en el que Zenobia y Odonato marchan a una batalla sobre dos  caballos y acompañados por soldados, destacando como en el resto de tapices por su proporción la figura de la Reina. Estos aparecen en la parte inferior derecha, de espaldas, en un terreno que se relaciona con el ambiente desértico de Palmira. Les siguen dos soldados que toman la perspectiva del tapiz con las enseñas del ejército y, en el ángulo superior derecho, sobrevuela una Victoria con corona de laurel.

Sala capitular: tapices
Sala capitular: tapices

Zenobia cazando

Colgado en la pared lateral izquierda, de 3,82 m de ancho por 3,93 m de largo reaparece Zenobia, acompañada por tres criados y oteadores, a la caza de ciervos, osos e, incluso, leones. Este tapiz destaca la grandiosidad de Zenobia, vestida con galones de pedrería en una composición de media elipse que se inicia en el criado sobre la parte derecha agarrando a dos perros de caza.

Aureliano manda matar a los perros

Expuesto este tapiz en la pared frontal, a la izquierda del Cristo que preside la Sala Capitular, contextualiza la victoria de las tropas del Emperador Aureliano en la ciudad de Tiane, Capadocia. El triunfo se recoge en el momento que una Zenobia en actitud de sumisión entrega las llaves de la ciudad al emperador, montado en caballo, ante la entrada de la ciudad, representada por la muralla. El tapiz refleja dinamismo, con un tercer plano que justifica el título del mismo ya que uno de los criados aparece sacrificando a un perro y, en el primer plano, un perro ladra al emperador romano.

Sala capitular: tapices
Sala capitular: tapices

Aureliano herido

Un cruce de cartas entre Aureliano pidiendo a Zenobia y su ejército que se retiren, y a Zenobia citando a Cleopatra y su ejemplo de morir a deber la vida al tirano, retrata la antesala de la batalla final de Palmira. Esta descripción contextualiza la escena finalmente reflejada por Peemans en el tapiz, de 5,20 m de largo, acostado sobre la pared lateral izquierda de la sala. Un total de diez soldados divididos en tres grupos en lucha se inmortalizan en una imagen de gran dramatismo en la que el Emperador aparece cayendo del caballo.

Zenobia hecha prisionera

Este tapiz, situado a la entrada de la Sala Capitular en su parte derecha, escenifica a Zenobia y sus ministros en el tribunal y frente al Emperador. Zenobia había huido hacia el sur de la actual Iraq, pero fue atrapada por las tropas del Emperador. En el tapiz aparece sin arrodillarse ante Aureliano, con sus ropajes de reina, y acompañada por sus hijos Herenianus y Timolaus. En cambio, Aureliano muestra su victoria sentado en un trono con capiteles corintios y un paño rojo-carmesí, símbolo de autoridad y de triunfo.

Sala capitular: tapices
Sala capitular: tapices

Zenobia participa en el triunfo de Aureliano

Conservado en el almacén de la Catedral, este tapiz, de 6,41 m de largo, recoge a Zenobia siendo conducida a Roma encadenada junto a sus dos hijos menores, seguida por un séquito de soldados romanos con trofeos y caballos blancos. Aureliano dirige, en la parte izquierda, un carro triunfal sobrevolado por una Fama alada tocando largas trompetas en un gran barroquismo que maquilla el drama dibujado por Justo Van Egmont.

Descubre cómo se colocó:

Sobrepuerta con guirnalda

De 1,85 m de ancho por 0,85 cm de largo, no está expuesto en la actualidad, se utilizaba para cubrir el espacio entre a puerta y el techo. Se vincula a la serie debido a que la parte de la bordura es igual a la de los demás tapices. En el centro, una gruesa guirnalda de laurel decorada con diversas flores atraviesa el tapiz con fondo celeste.

Colección ‘Zenobia’: tapices
Colección ‘Zenobia’: tapices

Aureliano en su trono

Se trata de una antepuerta, de 2,44 m de ancho por 1,38 de largo, que va a juego con el último tapiz ya que en su conjunto representan la misma escena. Este tapiz, utilizado para cubrir las puertas, representa a Aureliano en su trono rodeado por una bordura llena de frutos.

Prisionero ante Aureliano

Se une al tapiz “Aureliano en su trono” para dibujar una única escena. Este tapiz de 2,44 m de ancho por 1,38 de largo, no expuesto en ninguna sala de la Catedral, dibuja el interior de una tienda de campaña a dos prisioneros arrodillados ante Aureliano. El color dorado de la túnica del emperador contrasta con el paño rojo del fondo.

Colección 'Zenobia, Reina de Palmira': tapiz 'Prisionero ante Aureliano'
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