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¿Quién fue San Jorge?

Fig. 3. Paolo Uccello, San Jorge y el dragón, ca. 1450. Londres, National Gallery, inv. NG6294.
Fig. 3. Paolo Uccello, San Jorge y el dragón, ca. 1450. Londres, National Gallery, inv. NG6294.

Jorge, nombre que proviene del griego georgós y que significa el que trabaja la tierra o agricultor, actualmente es venerado en muchos países como santo patrón de Inglaterra, Georgia, Portugal o Grecia. Y en España, de comunidades autónomas como Arangón y Cataluña. 

El personaje de san Jorge está basado en una persona real. Se trata de Jorge (ca. 275 d.c. – 303 d.c.) un soldado romano que tras morir su padre se trasladó con su madre a la ciudad natal de esta, Lydda (Lod, en el territorio actualmente de Israel). Jorge fue educado en la fe cristiana y poco antes de cumplir la mayoría de edad se enroló en el ejercito romano. Ascendió rápidamente llegando a formar parte de la guardia personal del emperador Diocleciano. 

En el año 303 el emperador emitió un edicto que permitía la persecución de los cristianos por todo su Imperio. Jorge, que debía de participar en dicha persecución, confesó que él también era cristiano con lo que el emperador Dioclociano ordenó su tortura para que apostatase. Jorge no renunció a Cristo y por ello fue decapitado frente a las murallas de Nicodemia el 23 de abril del año 303. 

Tras su muerte el cuerpo fue enviado a Lydda para ser enterrado y pronto empezó su veneración como santo. Durante el siglo IV la devoción se extendió desde Palestina al resto del Imperio romano de Oriente y en el siglo V llegó a la parte occidental. El papa Gelasio I en el 494 admitió la inclusión de Jorge en el catálogo de santos y a partir de entonces comenzaron a surgir las historias apócrifas sobre su vida. 

La Leyenda de san Jorge y el dragón 

Es en el siglo IX cuando surge la popular historia de san Jorge y el dragón en la Legenda sanctorum, uno de los libros más copiados de la Baja Edad Media y que será recopilado posteriormente en la llamada Leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine, obispo de Génova, a mediados del siglo XIII.

En ella se cuenta cómo san Jorge llegó a Silca, una ciudad de Libia, donde un gran lago era el hogar de un temible dragón. Para apaciguar la furia de la bestia, los habitantes del pueblo lanzaban dos animales cada día como tributo. Cuando estos se agotaron, empezaron a sacrificar a los pobladores, seleccionados por sorteo. Fue entonces cuando la hija del rey resultó ser la elegida, pero en su camino se topó con san Jorge, quien la rescató. Con su lanza en ristre y espoleando a su montura, se lanzó hacia la bestia y, cuando estuvo lo suficientemente cerca, clavó su arma en el cuerpo del dragón, hiriéndolo. Esta hazaña llevó al pueblo a convertirse al cristianismo en señal de gratitud por la valentía de san Jorge y su fe.

San Jorge: referencia de la lucha contra el mal 

San Jorge ha sido un santo recurrente en la batalla que enfrenta el ser humano en la lucha contra el mal y como arma de Dios en la Tierra. En esta batalla, se le ha representado matando a un dragón o a una gran serpiente. Aunque siempre, ambas hacen referencia al demonio, la blasfemia, el mal o el ángel caído. El caballo blanco es también relacionado con la Iglesia y la lanza, la otorgada por Dios para dar fin al mal.

Con san Jorge es recurrente su comparativa con el Arcángel san Miguel porque este último también aparece dando muerte al dragón o demonio con su lanza o espada. 

La Leyenda Dorada, que hace alusión a la lucha contra el dragón para salvar a la princesa y a todo un pueblo, sirvió para difundir su historia y popularizarse. Los reyes o los cruzados, maravillados por esta historia y su pasado como soldado que no renunció a la fe, fueron los principales impulsores de su devoción.

San Jorge y la alegoría del buen gobernante 

El cuadro que se expone en la Catedral de Segovia «Paisaje con San Jorge y el dragón», obra del taller de Peter Paul Rubens, realizado hacia 1634, es una clara referencia a la alegoría de san Jorge como figura del buen gobernante. 

Con el lienzo original, pintado hacia 1630 y expuesto en el castillo de Windsor, Rubens quería agradecer la forma en la que había sido recibido en Inglaterra en 1629 durante su estancia diplomática en Londres. Un gesto que deseaba fuese especialmente apreciado por el rey Carlos I, para quien la Orden de la Jarretera tenía un significado importante. La Orden había sido fundada en 1348 por el rey Eduardo III de Inglaterra para promover el código de la caballería y honrar a aquellos que habían servido al país. Se nombró como santo patrono a san Jorge y la sede se estableció en la capilla de san Jorge, en el castillo de Windsor. La bandera de Inglaterra tomó entonces la cruz de san Jorge como estandarte. 

Así pues, en el cuadro, el rostro de san Jorge, que muestra gran parecido con el de Carlos I, y el estandarte del santo, que se convirtió en la bandera inglesa, serían ambas referencias más que directas al rey Carlos I a quien el pintor es obvio que quería alabar.  

San Jorge tenía un significado muy especial para Carlos I de Inglaterra y por ello, cuando en 1631 Peter Heylyn publicó el libro History of the most famous Saynt an Souldier of Christ Iesus, St. George of Cappadocia, la obra fue dedicada a la figura del rey y a la Orden de la Jarretera. El libro estaba diseñado para justificar a san Jorge como el defensor de la Iglesia anglicana frente a la amenaza calvinista. Así pues, Rubens, al retratar a san Jorge como a Carlos I, le estaba convirtiendo en el paladín de la Iglesia anglicana luchando contra la herejía representada por el dragón, y por tanto simbolizando al calvinismo. Toda una alegoría política que no deja duda que la idea del artista fue la de crear el cuadro con destino al rey Carlos I. La obra más trascendental, en opinión de Grindle, para entender la estrategia de representación del soberano que se mostraba como la imagen exacta de san Jorge ante su corte.

Protector de su pueblo, elegido de forma divina, al mismo tiempo como gobernante de este, y guerrero y santo, ambas cualidades que se esperaban de un buen soberano. 

Imagen/San Jorge y el dragón catedral de segovia exposición Ruben Peter Paul

Imagen del lienzo «Paisaje con San Jorge y el dragón» del taller de Peter Paul Rubens, realizado hacia 1634 sobre el original, perteneciente a la Royal Collection. Esta obra se expone en la capilla de La Piedad de la Catedral de Segovia hasta enero de 2026 

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