Restauradas las pinturas murales de María del Salto
Con la reapertura de la Catedral ya se puede ver el resultado de esta restauración cuyo coste ha ascendido a 38.000€.
El pasado mes de marzo finalizaron los trabajos de restauración de las pinturas murales de María del Salto ubicadas en el claustro de la Catedral de Segovia. El conjunto pictórico está formado por la escena que representa el conocido milagro de María del Salto y lo completa la urna, en su parte inferior, que contiene sus restos procedentes de la antigua catedral. Esta pintura mural data del 1561, realizada por Alonso de Arévalo y repintada en siglos posteriores.
Los trabajos llevados a cabo por los restauradores, Paloma Sánchez y Graziano Panzieri, se centraron en solucionar los problemas de adhesión de las capas de mortero al muro y en restablecer la imagen original, con la retirada de todos los repintes. El mural con la representación del milagro destacaba por el mal estado de conservación debido a las modificaciones en su pintura y a la humedad que emana del claustro.
En el análisis previo al comienzo de la actuación se pudo constatar el oscurecimiento de la pintura de la escena y de la urna, ciertos levantamientos y pérdidas del estrato pictórico, además de la dificultad para identificar el original del repinte. En esta primera fase se tomaron muestras para localizar las diferentes capas y composición, junto con una limpieza superficial para retirar posibles restos orgánicos, depósitos de suciedad o estructuras orgánicas como telarañas.
El comienzo de los trabajos se centró en consolidar la capa base del sustrato a través de inyecciones y pinceles en aquellas partes donde el soporte de las pinturas estaba disgregado, y se cepillaron los sillares en las zonas en las que la piedra del muro quedó al descubierto.
Para eliminar la suciedad que hubiera quedado adherida se llevó a cabo una segunda limpieza de la superficie, y se procedió a la eliminación de los repintes. La pintura presentaba dos grandes zonas donde se había repuesto el encalado perdido con un mortero basto y muy duro que empujaba los enlucidos originales, creando abultamientos con riesgo de desprendimiento. Sobre estas partes perdidas y repuestas se habían pintado escenas inventadas y poco afortunadas en cuanto a dibujo y color.
Para este proceso, que supuso la eliminación de parte de las escenas de la pintura, los trabajadores contaron con la supervisión de un técnico de restauración de la comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León.
Por último, para dar unidad, legibilidad al conjunto y para ayudar a una mejor lectura visual del mismo, se decidió realizar una reintegración cromática de las lagunas de color, mediante el empleo de acuarelas: las pequeñas y numerosas lagunas se entonaron imitativamente, y en las grandes lagunas se trató de hacer una tinta neutra imitando el color original circundante e identificándolas mediante una trama de líneas cruzadas.
El criterio que se siguió fue el de la mínima intervención necesaria dentro de un planteamiento de coherencia y homogeneidad.
Esta pintura ya se puede contemplar en su totalidad durante la visita cultural a la Catedral en horario de 09:30 a 21:30 de lunes a domingo. El coste total ascendió a 38.000€, sufragados por el Cabildo Catedral gracias a la venta de entradas.
En esta línea, y a pesar de la situación actual generada por la pandemia y la consiguiente disminución de visitantes, la Catedral seguirá apostando por la conservación del patrimonio y la autofinanciación en todos los gastos, tanto de personal como de mantenimiento.
El milagro de María del Salto
El conocido milagro de María del Salto cuenta la historia de una judía llamada Esther que fue acusada falsamente de adulterio y condenada a muerte. Esta historia, que se inmortaliza en las pinturas murales del claustro, se localiza en el tiempo hacia el año 1237. Según se recoge, Esther fue acusada de adulterio y condenada a ser arrojada desde lo alto de las Peñas Grajeras, situadas a las afueras de la ciudad y a cuyos pies se levanta ahora el santuario de Nuestra Señora de la Fuencisla. Milagrosamente, en el momento de ser empujada al vacío, la mujer se encomendó a la Virgen María y no sufrió ningún daño.
Tras este suceso, Esther se convirtió a la fe cristiana, bautizándose con el nombre de María en alabanza a la Virgen. El suceso fue extendiéndose por Segovia y, desde ese momento, se la conoció como Marisaltos o María del Salto, despertando la admiración y veneración por su figura.
María del Salto fue enterrada en la antigua catedral, situada frente al Alcázar de Segovia, reconociendo de esta forma la importancia de este milagro para la comunidad cristiana. Tras la parcial destrucción de la antigua catedral debido a la Guerra de la Comunidades (1520-1522), se comenzó la construcción de la nueva en 1525.
Con las obras del actual templo catedralicio avanzadas, el 15 de agosto de 1558 se trasladó el Santísimo y, diez días después, el 25 del mismo mes, se llevaron en procesión solemne desde las ruinas de la antigua catedral de Santa María los restos de María del Salto, prelados, el Infante Don Pedro, entre otros.
En una urna a cierta altura en el tramo sur del claustro, contigua al acceso a la Sala Capitular, se depositaron los restos de Marisaltos. Sobre ella, se puede leer actualmente la siguiente inscripción: “Aquí está sepultada la devota Marisaltos, con quien Dios obró este milagro en la Fuencisla. Fijó su vida en la otra iglesia, acabó sus días como católica cristiana. Año de MCCXXXVII. Trasladose en este año de MDLVIII. Renobose, año de 1739 y en 1850”.
Esta inscripción resume el milagro de la judía Esther, una historia que ha cautivado durante siglos a los segovianos y cuya memoria la Catedral mantiene vive y ora.