Santiago Matamoros

Por la festividad de Santiago aprovechamos los andamios en la capilla dedicada al patrón de España en la Catedral para reconocer su iconografía a través del retablo, obra de Pedro de Bolduque y fechado en 1580.
El apóstol de Jesús, Santiago el Mayor, tiene una de las más diversas representaciones de la iconografía cristiana debido a la gran devoción desde hace siglos en gran parte de Europa y, con el descubrimiento, en América.
De arriba a abajo, en el segundo cuerpo del retablo se ubica un relieve de Santiago a caballo, o santiago matamoros. Esta iconografía hace referencia a la aparición de Santiago Apóstol en la batalla de Clavijo, en la que se enfrentaron el 23 de mayo del 844 las tropas cristianas de Ramiro I y las moras de Abderramán II. La noche anterior a la batalla, el Apóstol se apareció en un sueño al rey y le prometió ayuda.
Al día siguiente, en el municipio riojano, el rey astur y sus tropas eran minoría y, según la leyenda, la prometida intercesión de Santiago subido a un caballo blanco, que representa la pureza, portando una espada envuelta en llamas, logró vencer a los sarracenos, que salieron despavoridos. Tras este triunfo, Ramiro realizó una gran ofrenda al apóstol y estableció su culto en la sede compostelana.
Aunque históricamente no hay evidencia de esta batalla, supuso formar la idea en el imaginario del apoyo divino en la lucha por recuperar la Península y expulsar a los musulmanes. Se popularizó desde entonces el grito de “Santiago y cierra, España”, como encomienda al Apóstol antes de iniciar los actos bélicos.
En el siglo XII se crea la Orden de Santiago, a la cual pertenecía el fundador de esta capilla, Francisco Gutiérrez de Cuéllar, y comienza a popularizarse el Camino de Santiago.