La capilla de San Antonio se encuentra ubicada en la girola de la Catedral y su construcción se desarrolla durante la segunda fase constructiva, entre los años 1560 y 1577.
El santo titular de la capilla es San Antonio, santo que recibe excepcional devoción en la Iglesia y que aparece representado con el hábito de franciscano, una amplia tonsura y un niño Jesús en los brazos con el que cruza la mirada.
Se desconoce la autoría tanto de la imagen del santo como del retablo. Este fue donado en el año 1782, tiene un estilo clasicista y tres calles. En la hornacina central aparece la talla de san Antonio, en la calle lateral derecha aparece una imagen de santa Teresa de Jesús y a la izquierda a san Juan Nepomuceno. En el ático aparece representado, probablemente, uno de los nueve coros celestiales de ángeles, pues se observan cuatro cabezas aladas rodeadas de nubes y rayos de sol. Por último, en el banco se encuentra una meritoria pintura que representa a la Virgen María con el niño Jesús.
Cabe destacar que el retablo, a diferencia de otros situados en la girola de la Catedral, aparece estucado, imitando mármoles y no dorado.
Por otra parte, la capilla se encuentra decorada por frescos, al igual que otras capillas de la girola, destacando en los paños que quedan entre la cornisa y la bóveda dos atributos habituales en las representaciones de san Antonio, en uno un lirio blanco que simboliza la pureza virginal del santo, en el otro un libro que alude a la Sagrada Escritura y a su saber.
Finalmente, hay que señalar que en la actualidad la capilla se encuentra decorada con cuatro pequeños lienzos con las siguientes escenas: Jesús y la samaritana, San Antonio rezando ante el niño Jesús, un Ecce Hommo y otro que narra la inspiración de santo Tomás de Aquino, siendo este último el de mayor tamaño y calidad artística.
