Capilla de San José
La Capilla de San José se encuentra en la girola y es la más sencilla y humilde de la Catedral. Fue construida durante la segunda campaña constructiva del templo (1560 – 1577), que coincide con la muerte del arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón en 1574, aunque para entonces ya estaba trazado todo el circuito de la girola.
El retablo que preside la capilla se remonta a finales del siglo XVIII. En 1791, el obispo Don Francisco Jiménez presentó el plano del retablo al Cabildo. En la hornacina central está la imagen de San José con el Niño. En la mano, San José sostiene una vara florida, símbolo de pureza y castidad, que alude a su desposorio con María, cumpliendo con lo narrado por el profeta Isaías: “Saldrá una vara del tronco de Jesse y una flor retoñará de sus raíces” (Is: 11, 1).
En el ático se sitúan las imágenes de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, santos carmelitas unidos a la historia de la ciudad de Segovia. Esta iconografía no es al azar: el culto a San José se extendió en el siglo XVI y sus grandes propulsores fueron los santos mencionados. Ambos dedicaron sus primeros conventos a San José. Estas esculturas están realizadas en madera estucada y se atribuyen a Manuel Adeba Pacheco.
El conjunto de la capilla es una exaltación a la devoción por San José, como se puede ver en las pinturas que decoran las paredes y en la carpintería de las puertas, donde aparece representada iconografía correspondiente al oficio de carpintero.
Aquí se encuentra enterrado Don Julián Miranda Bistuer, obispo segoviano entre 1904 y 1913. Su episcopado estuvo marcado por una gran actividad pastoral y de especial relevancia fue la reorganización de la procesión de Los Pasos de Semana Santa, que actualmente está declarada de Interés Turístico Nacional.
La capilla se cierra con una reja de madera de la segunda mitad del siglo XVIII.