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Juan Gil de Hontañón, primer maestro de obras de la Catedral de Segovia

Representación de la planta de la Catedral de Segovia

 

Juan Gil de Hontañón, primer maestro de obras, murió meses después del comienzo de la fábrica catedralicia

El 7 de mayo de 1524 se inició el camino para hacer realidad una nueva catedral para Segovia acorde a su importancia económica, política y religiosa. Ese día, Juan Gil de Hontañón firmó el contrato como maestro de obras de la catedral que empezaría a construirse un año después con la colocación de la primera piedra.

Esta firma que dio lugar a la actual Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos se produjo tras meses de conversaciones entre el Cabildo y el reputado arquitecto. Gil de Hontañón contaba con una larga trayectoria y un papel importante en la arquitectura española tardogótica del primer tercio del siglo XVI.

Pero para llegar hasta la rúbrica del compromiso del maestro de obras para dotar de un nuevo templo que fuera seña y orgullo de los fieles segovianos, se debe mencionar un acontecimiento histórico que cambió la historia, no solo de la catedral segoviana, sino también de Castilla y del conjunto de la corona española.

En 1520 una amplia parte de la sociedad castellana se rebeló contra el nuevo rey Carlos I y sus ejércitos tras el descontento provocado en torno a su gestión y exigencias. Comienza la Guerra de las Comunidades en la cual el movimiento comunero se extendió por muchas ciudades de Castilla.

Segovia fue epicentro de una dura batalla que tuvo como escenario principal la catedral vieja, ubicada frente al Alcázar. Según los investigadores, en el templo se atrincheraron las tropas realistas desde junio de 1520 hasta poco después del fin de la batalla de Villalar el 23 de abril de 1521, fecha en torno a la que este año se celebra el V Centenario de la revuelta comunera.

La Guerra de las Comunidades finalizó con la victoria de Carlos I y con una catedral muy dañada tras la contienda. En ese momento se relanzó el debate iniciado durante el reinado de Enrique IV de Castilla sobre la necesidad de alejar el templo del Alcázar por motivos políticos y religiosos. 

Finalmente, la decisión se oficializó el 18 de agosto de 1523 cuando Francisco de los Cobos, secretario de Carlos I, escribía al obispo de Segovia Diego de Ribera y al Ayuntamiento: “avemos acordado que la iglesia Cathedral desa obispal se mude del lugar donde agora está a otra parte de la dicha çibdad”.

El comienzo de la construcción se agilizó, entre otros factores, gracias a que desde 1511 el Cabildo se hizo con los terrenos que ocupaba el convento Santa Clara la Nueva y propiedades aledañas, situadas donde se levanta actualmente la cabecera de la Catedral. 

Juan Gil de Hontañón, maestro de obras 

Tras la decisión real de construir una nueva catedral el Cabildo adquirió más casas y solares en la zona. A la vez, entablaba conversaciones con Juan Gil de Hontañón, encargado de las obras en la Catedral de Salamanca desde 1512. Hontañón era un viejo conocido en Segovia y su Cabildo ya que había trabajado en la cabecera de la antigua catedral y proyectado en 1509 la librería del templo, por lo que desde el principio se postuló como un candidato firme para la fábrica.

En ese año de 1523, pasado el verano, Gil de Hontañón aún sin firmar contrato, se hizo con el compás y la escuadra para poder diseñar las trazas, además de plantear de forma exhaustiva el que sería el gran proyecto arquitectónico y espiritual de Segovia de la Edad Moderna.  

Finalmente, el 7 de mayo de 1524 firma el contrato como maestro de obras ya con las trazas del nuevo templo presentadas y aceptadas por el Cabildo. Desde ese momento, a Hontañón se le remuneraría con un salario de 40.000 maravedís al año y 100 marevedís más por cada día de trabajo. 

Pero no estaría solo. Eligió al maestro de cantería García de Cubillas como aparejador de las obras y recibiría un estipendio de 10.000 maravedís, más 2 reales al día.

La primera piedra se colocó el 8 de junio de 1525 tras un periodo convulso y toma de decisiones. Este día festivo tuvo una lectura de reconciliación de Carlos V con la ciudad, ya que Segovia había sido una de las poblaciones castellanas que con mayor fervor defendió la causa comunera. Pero sobre todo significó el más importante de los pasos ya que el proyecto de la que sería más tarde conocida como “La Dama de las Catedrales” era una realidad.

Pocos meses después, 4 de abril de 1526, muere Juan Gil de Hontañón a los 56 años de edad. Esto supuso un revés en la construcción de la nueva catedral que debía seguir adelante. En escasas semanas el Cabildo nombra maestro de obras al hijo de Hontañón, Rodrigo, que seguiría contando con el apoyo de García de Cubillas y del trabajo fundamental ejercido desde el principio por el canónigo fabriquero Juan Rodríguez.

La construcción se prolongó durante más de dos siglos y culminó con la consagración de la Catedral el 16 de julio de 1768.

Firma del contrato. Archivo Catedral
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